¿SE ME había pasado por alto la anglofobia de los madrileños? Ya por la mañana empecé a caer del guindo a raíz de la disputa entre Italia e Inglaterra de la final de la Eurocopa: los comentarios mejor valorados en todos los diarios españolistas de Madrid eran anglófobos, con amplias referencias al pasado "pirata" de la pérfida Albión. Más tarde, por la noche, cuando iba caminando por Chamberí, al marcar Italia el tanto que significaba el empate, fui asaltada por un griterío enorme que procedía de las casas y que confirmó mis temores, un "gooooool" que solo he escuchado aquí cuando marcan los goles España o el Real Madrid.

Lo tienen todo los madrileños: islamofobia, negrofobia, gitanofobia, galofobia, catalanofobia y anglofobia. Lo de que son casos "excepcionales" conmigo no cuela: existe algo estructural en esta ciudad, procedente de su capitalidad y su pasado imperio-colonialista, que genera xenofobia en todas las direcciones. No es casualidad que Madrid sea la segunda comunidad de España, después de Murcia, con mayor porcentaje de voto ultraderechista, y eso que no cuento los votos ultraderechistas que se ocultan en el PP de Ayuso, en cuyo caso sería de largo la capitana.



Racismo sistémico. Lebron James es el deportista más insultado en Twitter durante el último año, con 122.568 insultos recibidos, según datos de Pickwise. De los veinte deportistas más insultados, dieciséis son negros, por qué será que no me sorprende.



DESCUBRO POR medio de Michel Onfray que el célebre fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, que para el común de la gente pasa por ser un humanista y universalista convencido, era en realidad un fascista, un colonialista, un antisemita y un misógino, aparte de un admirador de Hitler de tal tamaño que el propio dictador alemán, en agradecimiento por haberle otorgado los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, le propuso para Premio Nobel de la Paz. Incluso las dos frases famosas de Coubertin, “Lo importante es participar” y “Citius, altius, fortius”, se las plagió sin decir la autoría al obispo de Pensilvania, la primera, y al dominico Henri Didon, la segunda. He aquí algunas frases que dejó este elemento:
• • • Hay dos razas distintas: las que tienen un aspecto espléndido, con músculos fuertes, que marchan con firmeza, y las de los enfermos, con aspecto resignado y humilde, que marchan con aire vencido.

• • • Desde los primeros días fui un fanático colonial.

• • • Los deportes han hecho florecer todas las cualidades que se usan en la guerra.

• • • La primera característica del olimpismo es ser una religión. Al cincelar su cuerpo a través del ejercicio, el antiguo atleta honró a los dioses. El atleta moderno hace lo mismo: exalta su raza, su país y su bandera.

• • • La teoría de la igualdad de derechos para todas las razas humanas es contraria a cualquier progreso colonial. Sin caer en la esclavitud o la servidumbre, la raza superior tiene razón al negar a la raza inferior ciertos privilegios de la vida civilizada.

• • • Los judíos son insignificantes en la historia del mundo tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista económico. Los judíos han permanecido asiáticos. Apenas los conocemos, salvo por el capital acumulado por algunos de ellos.

• • • Las mujeres solo tienen una labor en el deporte: coronar a los campeones con guirnaldas.

• • • El único verdadero héroe olímpico es el varón individual. Las olimpiadas femeninas son impensables. Serían poco interesantes, antiestéticas e incorrectas.

• • • A la raza blanca, superior en esencia, todas las demás le deben sumisión.





HACE DIEZ años aún decía Madrid despierta, Madrid amarilla, Madrid sola, porque Madrid me parecía un lugar femenino y redondo; pero hoy digo Madrid blanco, Madrid morado, Madrid loco, porque Madrid me parece un lugar macho y cuadrado que ni cura ni cobija ni respeta. Mi cambio psicológico comenzó cuando me vine a vivir a Carabanchel, a principios de 2016: al ver cómo trata la policía a las personas que no son blancas, al ver las redadas racistas en el metro Oporto, al padecer con tristeza que poetas inmigrantes declinaran acudir a mis tertulias poéticas “porque vives en una zona muy peligrosa para los que no tenemos papeles”, empecé a arder por dentro. Y ya a finales de 2017, cuando estalló lo de Catalunya y los madrileños en su inmensa mayoría actuaron como vascos, me quedé sin argumentos en favor de los que viven en esta ciudad. Claro que hay excepciones, pero triste consuelo es que las mejores personas de un lugar sean sus excepciones. Madrileños como vascos, ya lo he dicho todo: el mismo engrudo ombliguista onfaloscópico nosotrero asqueroso.

LOS DEL contexto se delatan ellos solos, porque solo recurren a él para justificar las canalladas que hacen los suyos a los demás, no las que hacen los demás a los suyos. A genocidas del tamaño de Colón, Cortés y Pizarro se les justifica por el contexto, por la supuesta misión evangelizadora y civilizatoria, a pesar de que justo al lado de ellos tenían a Fray Antón de Montesinos, Fray Tomás de Ortiz o Bartolomé de las Casas, que superaron el contexto y llamaron a las cosas por su nombre. Sin embargo, ante invasiones como las que sufrió la península por parte de los árabes o los franceses, la manera de contar el relato en los libros escolares cambia: aquí no se dice que las invadidas eran culturas inferiores a las invasoras, no: aquí se hace ver de forma muy clara que tanto los árabes como los franceses eran malos-malos y asunto concluido. ¡Esa gentuza no tiene derecho al contexto!

Otro tanto sucede con el racismo galopante de Pío Baroja, que llegó a escribir que los hispanoamericanos eran “monos que imitan”; el de Ortega, que afirmó que el cerebro de los negros no alcanzaba la capacidad del de los blancos porque se les desarrollaba demasiado pronto, o el de Unamuno con los gitanos: racismos todos ellos que no son racismos para la españolidad, porque están justificados por un contexto (Gobineau, Lombroso, teoría de las razas…) donde “todo el mundo era más o menos racista”, olvidando, como siempre, que a personalidades como Emma Goldman, Bertrand Russell, Romain Rolland u otros muchos no les costó nada superar el contexto de la época.

Sin embargo, en una de esas acrobacias que tanto gustan de hacer los partidarios del contexto, cuando llegamos a la figura de Sabino Arana, que nació en la misma época (Unamuno en 1864, Arana en 1865, Baroja en 1872, Ortega en 1883), parece que ya no rigen las leyes del contexto: Sabino Arana era un racista asqueroso y punto. Y conste que, por una vez, estoy de acuerdo con los del contexto a los que enseguida se les olvida el contexto: Sabino Arana es uno de los racistas más repelentes que han existido. Igual que España tiene que hacer una profunda revisión de las raíces coloniales, antijudías y antimusulmanas de su pasado, yo no voy a considerar jamás a Euskadi como un lugar decente hasta que no realicen una rectificación de su pasado de los 130 últimos años, no solo del terrorismo etarra sino del nacionalismo en su conjunto, del que Sabino Arana es una de sus personalidades más infames, quien además dotó a Euskadi de su nombre y su bandera y fundó el PNV, que es el partido más reaccionario de Europa.

El racismo de Arana, con todo, no me hace olvidar el motivo de esta entrada. ¿Cuál es la razón de que lo de Arana sea racismo y en cambio lo de Baroja, Unamuno y Ortega sea solo “contexto”? La razón es que desde la españolidad el racismo contra los negros, los hispanoamericanos o los gitanos se mitiga, se silencia y hasta se justifica porque es un racismo hundido en las raíces de su historia que sigue perviviendo en su sociedad actual. En cambio el racismo de Sabino Arana, que tampoco se lo inventó él sino que estaba (y está) igualmente arraigado entre los vascos, se considera del todo inaceptable porque es un racismo contra los españoles, ¡hasta ahí podíamos llegar!


SEGÚN DATOS de la OMS, los países ricos ya han vacunado a una de cada cuatro personas, mientras que los pobres solo a una de cada 500. Sin embargo, los dirigentes occidentales siguen hablando de compartir vacunas y ayudar "después" a los mismos países a los que ahora vetan, porque una de las constantes de Occidente es que no se conforma con usar toda su fuerza y capacidad de presión, sino que, además, ¡quiere ganar el relato! Occidente es desde el comienzo una alianza entre Temístocles y Herodoto, el general y el historiador, el que libra la batalla y el que la cuenta: a Occidente le gusta pisar y pisotear pero luego se presenta como la chica buena y casta y religiosa. 


ESCRIBE AMÉRICO Vespucio a Pierfrancesco de Medici en una carta del 18 de julio de 1500, el subrayado es mío:
Y navegando por la costa, cada día descubríamos infinidad de gente y distintas lenguas, hasta que, después de haber navegado unas cuatrocientas leguas por la costa, empezamos a encontrar gente que no quería nuestra amistad, sino que nos estaban esperando con armas, que son arcos y flechas, y con otras armas que tienen: y cuando íbamos a tierra con los botes nos impedían bajar a tierra, de modo que nos veíamos forzados a luchar contra ellos, ya al fin de la batalla quedaban mal librados frente a nosotros, pues como están desnudos siempre hacíamos en ellos grandísima matanza, sucediéndonos muchas veces luchar dieciséis de nosotros con dos mil de ellos y al final desbaratarlos, y matar muchos de ellos y robar sus casas.
Dieciséis europeos podían con dos mil indígenas. Las flechas de los indígenas ni siquiera tenían la punta de metal. De esta bajunería eran las “hazañas” de los europeos en un continente que lleva el nombre de un genocida.



MICHAEL MOORE, en el minuto 59:00 del documental Qué invadimos ahora:
Hasta 2015, en USA no había ningún museo de la esclavitud. ¿Por qué nos escondemos de nuestros pecados? El primer paso hacia la recuperación, hacia ser mejores personas o un mejor país, es ser capaces de ponernos en pie y hablar sinceramente de quiénes somos. Yo soy estadounidense, vivo en un gran país que nació del genocidio y se construyó sobre hombros de esclavos.

JARED DIAMOND: “Cuando yo era joven, a los escolares estadounidenses se nos enseñaba que América del Norte había estado ocupada en principio por solo un millón de indios. Esta cifra tan baja era útil para justificar la conquista por los blancos de lo que podía considerarse un continente casi vacío. Sin embargo, las excavaciones arqueológicas y el análisis pormenorizado de las descripciones dejadas por los primeros exploradores europeos de nuestras costas parecen indicar ahora un número inicial de unos veinte millones de indios. Para el Nuevo Mundo en su conjunto, el descenso de la población india en los dos siglos siguientes a la llegada de Colón se calcula en hasta el 95 por ciento”.


CUENTA JIMÉNEZ Lozano que dio una charla sobre Cervantes en la universidad y una estudiante le preguntó que cómo podía ser que Cervantes hubiera sido esclavo en Argel "sin ser negro". Y que al responder que los esclavos blancos eran normales en aquella época o en otras épocas del pasado, los estudiantes le miraron "como si les hubiera descubierto un continente desconocido". Esto me ha hecho recordar una anécdota aún más grave que cuenta Neruda en Confieso que he vivido. Rodeado de escritores en una ciudad de Europa donde daba una charla, el poeta se atrevió a preguntar:

—¿Qué saben ustedes de mi país, Chile? ¿Saben en qué vehículo nos movemos, en elefante, en automóvil, en avión, en bicicleta, en camello, en trineo?

La respuesta que dio la mayoría dejó al poeta patidifuso: en elefante. Pensaban que los chilenos se desplazaban en elefante.


AHORA QUE Biden ha anunciado una política exterior contra Rusia y China, se empieza a hablar de una entente USA & Unión Europea para defender "los valores universales de la democracia y los derechos humanos". ¿Derechos humanos quienes construyen muros contra los mexicanos o quienes matan con drones a quienes les da la gana? ¿Derechos humanos  quienes encarcelan a los inmigrantes en CIEs o les dejan ahogarse a decenas de miles en el Mediterráneo? Hace solo unas semanas la India y Sudáfrica llevaron una propuesta a la Organización Mundial del Comercio para que se liberaran las patentes de las vacunas contra la COVID, con el objetivo de que todos los países del mundo pudieran producir las suyas. La propuesta no consistía en "robar" la patente a cambio de nada, sino en hacer un fondo común mundial para pagar a las farmacéuticas los derechos de autor. ¿Sabéis qué países votaron en contra e hicieron imposible el acuerdo? ¡USA y la Unión Europea, naturalmente, los siempre preocupadísimos por los derechos humanos universales! 


SE HABLA mucho de los "ofendiditos" y de la "cultura de la queja"; pero qué curioso que no se hable tanto de los "ofendiditos con los ofendiditos" y de la "cultura de quejarse de la cultura de la queja", cuando los segundos ya son más que los primeros y disponen de mejores tribunas. Qué sospechoso es, además, que la mayoría de sus practicantes sean hombres euroblancos. ¿Me atrevo a decir que detrás de la protesta contra los que protestan veo un intento de cercenar la libertad de expresión para conservar los privilegios? Pues ya lo he dicho.


JOSEPHINE BAKER gastaba treinta minutos cada mañana en frotarse la piel con medio limón, con el fin de que se aclarara su tono de piel, y treinta minutos más en preparar una mezcla especial para domesticar su pelo.


IMRE KERTÉSZ: "No debo permitir que los antisemitas hagan un judío de mí".


EL RECURSO al "contexto" empieza a resquebrajarse. Dice Felix Waldmann, profesor de la universidad de Cambridge, a propósito del racismo de Hume (AQUÍ): 
En 1770 se publicó un libro titulado History of Two Indies (Historia de dos Indias) que criticaba el concepto de la esclavitud. En los círculos que Hume frecuentaba en Francia (donde vivió durante un tiempo), las críticas a la esclavitud eran muy frecuentes. Y sabemos que uno de sus contemporáneos, el profesor de Filosofía Moral James Beattie, atacó duramente las opiniones racistas de Hume, acusándolo de arrogancia eurocéntrica y de ignorar otras civilizaciones. Yo tendría mucho cuidado a la hora de sugerir que Hume era solo un hombre de su tiempo, y por lo tanto incapaz de ver los males de la esclavitud. Decir que era intelectualmente incapaz de deshacerse de sus prejuicios le hace un flaco favor, y no refleja ni el contexto en el que vivió ni sus propias capacidades intelectuales.

 


DICE PABLO Casado: “¿Qué otro país puede decir que un nuevo mundo fue descubierto por ellos?”. Cada vez que salen con la tontería eurocéntrica de que los españoles descubrieron América, me acuerdo de la Oda a Juan Tarrea, de Pablo Neruda, que escribe:

Ahora
ha hablado con Pineda.
Es importante.
Algo andará vendiendo.
Ha “descubierto”
el Nuevo Mundo.
Descubramos nosotros
a estos descubridores!

[…]

nosotros,
simples
picapedreros, pobres
comedores de manzanas,
constructores
de una casa sencilla,
no queremos
ser descubiertos,
no,
no deseamos
la cháchara perdida
del tonto de ultramar.



LA MEDIDA ética de Albert Camus era la guerra civil española:
Si quiero conocer a alguno le pregunto: ¿Con quién estaba usted cuando la guerra de España? Si me dice con Franco, no vuelvo a saludarlo.
Mi medida camusiana son los inmigrantes: me basta captar el menor comentario contra ellos, los bulos típicos, la supuesta invasión, los servicios médicos que "colapsan", el nivel inferior en las escuelas, lo machistas que son (sí, ya sé que es difícil de creer, pero os juro que sucede, ¡madrileños acusando de machistas a los inmigrantes!), lo poco que quieren integrarse, los trabajos que quitan, las subvenciones que reciben, y la persona que ha hecho ese comentario ya tiene MI CRUZ: ya ha sido arrojada a mi contenedor de personas-basura, en sentencia neorrabiosa que ya no se levanta jamás.



EL PROBLEMA son los manteros ambulantes, te dicen, “porque no pagan impuestos y quitan puestos de trabajo a los comerciantes”. De Zara, Nike, Adidas o H&M, que tributan en paraísos fiscales y llevan sus fábricas a Asia, donde pagan a sus trabajadores un sueldo que supone el 0’40% del precio total del producto, de esos no existen quejas. ¿A qué viene esa histeria contra unos tipos que, al menos aquí en Madrid, vagan de metro en metro asustados, cargados con grandes bolsas, perseguidos continuamente por la policía, y solo con mirarles a los ojos puedes ver que llevan una vida desesperada, de continuo marginados y despreciados?



ESCLARECEDORA ENTREVISTA de Eldiario.es a la directora del Centro de Documentación de las migraciones, que habla sobre la emigración de los españoles durante el franquismo:
TEGUAYCO PINTO: ¿Emigraban los españoles con contrato de trabajo como se suele decir?
ANA FERNÁNDEZ ASPERILLA: No, esa afirmación solo es un mito persistente. Lo cierto es que la emigración que el franquismo llamaba "no asistida" supuso más del 50%. Durante el ciclo migratorio que se produjo entre 1956 -año en el que se creó el Instituto Español de Emigración (IEE) y en el que se firma un primer acuerdo bilateral con un país europeo (Bélgica)- y 1973, cuando se cierra el ciclo a consecuencia de la crisis energética, emigraron unos 2 millones de personas. De todos estos trabajadores, al menos la mitad salieron del país de forma irregular.
Vaya, vaya, vaya. El 50%. Hoy, en cambio, cuando solo el 5% de los inmigrantes que llega a España lo hace de forma irregular, tenemos a media españolada al borde del colapso, votando ultraderecha, pidiendo cierre de fronteras y hasta intervención del ejército.



NI EL Prado ni el Thyssen ni la Almudena ni el Reina Sofía ni el oso y el madroño: lo que deberían enseñar los autobuses turísticos de Madrid es el CIEs de Aluche; que los guías expliquen en qué consiste ese edificio, qué personas están allí encarceladas, qué delitos cometieron, en qué avión serán repatriados, por medio de qué redadas racistas llegaron allí: ningún turista que regrese a su país puede hablar de forma cabal de “Madrid es…” o “los madrileños son…” sin haber conocido el centro y meollo, la indiferencia ambiente ante el sufrimiento y la injusticia, el hueso y esencia de esta ciudad.



LA XENOFOBIA en Madrid se nota hasta en las personas que piden en el metro. Los que son españoles siempre se presentan reivindicando su procedencia, soy de Almeria, soy de Canarias, soy de Toledo, etc; en cambio la mayoría de los extranjeros no dicen ni mu sobre su procedencia y simplemente exponen su problema, porque saben que decir soy rumano, soy kurdo, soy marroquí, soy ecuatoriano, etc., no les va a servir de ninguna ayuda.



“LOS ESPAÑOLES somos menos racistas que…” es la frase que se ha convertido en mantra de cierta izquierda blanca. Pero yo me pregunto: en asuntos de racismo… ¿qué valor tiene la opinión de un madrileño blanco, que no lo ha sufrido nunca? Preguntemos al negro, al mestizo, al árabe, al gitano. Preguntemos a Stephen Small, profesor asociado de Estudios Afroamericanos de la Universidad de California (Berkeley), que mantiene con Tania Adam este diálogo (AQUÍ) publicado en CTXT:
TANIA ADAM: ¿Qué sabe de España?
STEPHEN SMALL: Bueno, ¿sabes qué diría? España no es un buen lugar para ser negro.
TANIA ADAM: Lo sé.
STEPHEN SMALL: Tampoco sabría decir si es mucho mejor en Inglaterra, o Europa en general. 
TANIA ADAM: Cuando llegué a Lisboa, me sentí en casa, a veces me cuesta sentirme así en España. 
STEPHEN SMALL: No quiero decir que sea el peor lugar, pero está entre los peores. El racismo es generalizado, es endémico, pero el Gobierno español lo niega totalmente. Hace tiempo estuve de visita en España y en tres semanas las únicas personas negras que vi, literalmente, en las calles de Madrid eran mujeres negras prostitutas, hombres negros mendigando, hombres negros limpiando las calles, esas fueran las únicas personas negras que vi. Y me dije: “¿Qué, qué es esto?” Y entonces un día vi a dos hombres negros y dos mujeres negras, todos trajeados. Y me dije: “¿Qué está pasando aquí?” ¡La embajada de Kenia!
Visité muchos museos y vi que en todas partes rendían homenaje a Colón. En el Museo Naval de Madrid tienen unas imágenes grandes de Cristóbal Colón, con todos los nativos haciéndole reverencias. En el Museo Antropológico, a día de hoy representan a mujeres negras estereotipadas. En el Museo de las Américas celebran lo que llamamos miscegenation, el cruce o mezcla de razas vinculado al sistema de castas en la colonización. Una mujer afroamericana hizo su tesis doctoral sobre las personas negras en España. Le pregunté: “¿Cuál es tu principal conclusión?” Dijo: “Si eres negro y consigues la nacionalidad española, lo primero que haces es marcharte porque en España no hay lugar para las personas negras”.



LO QUE ha pasado en Ceuta, intervención del ejército y deportaciones incluidas, es la mayor demostración de la esencia de España y me da la razón cuando digo que no se puede ser antirracista y antifascista sin ser además antiespañol (y el francés antifrancés, el alemán antialemán, etc.), o cuando digo que el CIEs de Aluche es el edificio más representativo de Madrid por encima de El Escorial, La Almudena o el Museo del Prado. Aquí vivimos nosotros y mandamos nosotros, esa es la LEY mayúscula de España o de cualquier estado-nación, al lado de la cual los derechos humanos son la comida sobrante que se da a los cerdos.

DICE EL delantero negro del Athletic Iñaki Williams que aún existe gente en Bilbao que no entiende cómo puede jugar en el Athletic un futbolista negro. Claro. Es que las cosas cambian despacio. En San Mamés siempre se le llamó "indio" a Hugo Sánchez y "maricón" a Michel. Cuando me fui de Vizcaya, a finales de 2004, aún se seguía cantando, en referencia a los jugadores extranjeros de la Real Sociedad, “San Sebastián tiene cosas/ que no tiene el mundo entero,/ un alcalde socialista/ y un delantero negro”.



MANIFESTACIÓN EN Madrid por la unidad de España: 250.000 personas. Manifestación por el diálogo con el gobierno de Catalunya: 15.000 personas. Manifestación contra el racismo: 2.500 personas. Aquí algo esencial no funciona. La sociedad en que vivo es repugnante.