ES EL mismo. Ese hombre que va al estadio a insultar a la selecci贸n contraria, ese hombre malo, es el mismo hombre bueno que llega a su hogar y le hace arroz con leche a su hija Susana.

Ese hombre que celebra con entusiasmo el d铆a nacional en el que comenz贸 un genocidio, ese hombre malo, es el mismo hombre bueno que arrima el hombro para ayudar a su amigo Roberto.

Ese hombre que pide mano dura contra los inmigrantes, ese hombre malo, es el mismo hombre bueno que luego ayuda a la anciana a cruzar la calle.

¿Quieres que un hombre bueno se vuelva malo? ¡Dale una bandera, ponle un himno, divide su mundo entre dentro y fuera, entre nosotros y los extranjeros, dile los escritores que debe leer, los muertos que debe recordar y los deportistas que debe animar, organiza su vida en bandos hasta que sepa a qui茅n tiene que defender y qui茅n es el potencial enemigo, sobre todo eso, que sepa qui茅nes son los potenciales enemigos es lo esencial!