DESCUBRO POR medio de Michel Onfray que el célebre fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, que para el común de la gente pasa por ser un humanista y universalista convencido, era en realidad un fascista, un colonialista, un antisemita y un misógino, aparte de un admirador de Hitler de tal tamaño que el propio dictador alemán, en agradecimiento por haberle otorgado los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, le propuso para Premio Nobel de la Paz. Incluso las dos frases famosas de Coubertin, “Lo importante es participar” y “Citius, altius, fortius”, se las plagió sin decir la autoría al obispo de Pensilvania, la primera, y al dominico Henri Didon, la segunda. He aquí algunas frases que dejó este elemento:
• • • Hay dos razas distintas: las que tienen un aspecto espléndido, con músculos fuertes, que marchan con firmeza, y las de los enfermos, con aspecto resignado y humilde, que marchan con aire vencido.

• • • Desde los primeros días fui un fanático colonial.

• • • Los deportes han hecho florecer todas las cualidades que se usan en la guerra.

• • • La primera característica del olimpismo es ser una religión. Al cincelar su cuerpo a través del ejercicio, el antiguo atleta honró a los dioses. El atleta moderno hace lo mismo: exalta su raza, su país y su bandera.

• • • La teoría de la igualdad de derechos para todas las razas humanas es contraria a cualquier progreso colonial. Sin caer en la esclavitud o la servidumbre, la raza superior tiene razón al negar a la raza inferior ciertos privilegios de la vida civilizada.

• • • Los judíos son insignificantes en la historia del mundo tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista económico. Los judíos han permanecido asiáticos. Apenas los conocemos, salvo por el capital acumulado por algunos de ellos.

• • • Las mujeres solo tienen una labor en el deporte: coronar a los campeones con guirnaldas.

• • • El único verdadero héroe olímpico es el varón individual. Las olimpiadas femeninas son impensables. Serían poco interesantes, antiestéticas e incorrectas.

• • • A la raza blanca, superior en esencia, todas las demás le deben sumisión.