PRIMERO AMENAZAN a las farmacéuticas, después acaparan las vacunas hasta cifras estúpidas, hasta el punto de que algunos países se han reservado ya cuatro por habitante, pero no creáis que se hacen cargo de su miseria moral: todavía se atreven a presumir de que donarán las vacunas "que les sobren" a países con menos recursos. Qué buenos semos los occidentales, pero qué bueeeeenos.